domingo, 2 de mayo de 2010

"ALAN ME LLAMA CORRUPTO ¿A MÍ...?"


A pocos meses de ingresar a su último año, el segundo gobierno de Alan García tiene nuevamente como protagonista a la corrupción, con enormes escándalos que involucran a sus principales dirigentes. Además de los viejos conocidos como Luis Alva Castro, Hernán Garrido Lecca o Jorge del Castillo, tenemos sobre el escenario de esta ridícula real politik peruana a una nueva generación de actores, expertos en negar acusaciones a pesar de las evidencias, denunciar campañas en su contra y rechazar “tajante y categóricamente” cualquier investigación que demuestre su participación en actos dolosos. Uno de ellos, Omar Quesada Martínez, ha dado el salto de ser un desconocido ex-alcalde y presidente regional a las portadas de todos los diarios y revistas, gracias al negociado de tierras recientemente descubierto, que se produjo durante su gestión como director ejecutivo de Cofopri (Comisión de Formalización de la Propiedad Informal).

Quesada, actualmente Secretario General del Partido Aprista, ha gozado de un cómodo anonimato aunque tiene una carrera política relativamente larga. Entre 1992 y 1994 fue alcalde de Huanta (Ayacucho), a pesar de haber nacido en Trujillo y estudiado en una conocida universidad limeña. Posteriormente, con el apoyo firme de los llamados “cuarentones”, alcanzó la Presidencia Regional de Ayacucho, cargo que ejerció entre el 2003 y el 2006 adoptando siempre la estrategia del perfil bajo. Pero las ambiciones políticas de Quesada lo llevaron a hacerse notar cada vez más en la escuálida dirigencia aprista y ante la ausencia de “nuevos cuadros”, su nombre comenzó a aparecer con mayor frecuencia, respaldando por ejemplo a Jorge del Castillo y Carlos Arana, cuestionados permanentemente.

Además de su protagonismo como dirigente del partido de la estrella, Omar Quesada venía ejerciendo la dirección general de Cofopri, cargo que se vio obligado a abandonar en la última semana luego de que saliera a la luz el descarado tráfico de un terreno en Chilca de casi 300 mil metros cuadrados, con el fin de beneficiar económicamente a Oswaldo Chauca, un oscuro personaje de su entorno. Este hecho ha provocado la reacción airada del presidente Alan García Pérez quien, fiel a su estilo, no dudó en llamar “ratas”, “basuras” y “miserables” a sus compañeros involucrados. Ante esto, Quesada solo atinó a renunciar, decir que “no se siente aludido” por esas declaraciones y que está dispuesto a ser investigado sobre el particular.

Lo cierto es que Oswaldo Chauca Navarro, prontuariado militante aprista, adquirió el terreno en Chilca a un precio increíblemente bajo (casi 5 mil soles) cuando su valor real puede llegar hasta los 12 millones de dólares. Toda esta operación, que incluye una adjudicación nada clara del terreno en ciernes realizada por Cofopri, estuvo dirigida por Hernando Hidalgo Díaz, jefe zonal de Cofopri en Lima y Callao, hombre de confianza de Quesada, a quien conoce desde sus campañas para las elecciones municipales y regionales en las que ha participado. Chauca, además de ser conocido en toda la zona sur de Lima como traficante de tierras, ha sido sentenciado en diversas oportunidades, inclusive por robo a mano armada, como lo demuestra una investigación publicada en el semanario Hildebrandt en sus trece.

Omar Quesada trata de curarse en salud con sus renuncias públicas y declaraciones indignadas con respecto a su presunta participación en todo este nuevo capítulo de corrupción aprista pero las evidencias son irrefutables. Sus días de anonimato, durante los cuales se daba hasta el lujo de participar en celebraciones junto a otros personajes del actual gobierno como Carlos Arana y Nidia Vílchez, bebiendo pisco, seco y volteado, en el Brisas del Titicaca, se acabaron por completo. Ahora, expuesto en su real dimensión, no solo deberá explicar cómo nunca se enteró de estas transacciones producidas bajo su gestión, sino también otras perlas de su desconocido pasado como los cuestionamientos de ciertos sectores de la población huantina o la relación actual con su hermano Rolando, condenado a 12 años de prisión por narcotráfico. Toda una revelación en este nuevo catálogo de compañeros corruptos.

Y USTED ¿QUÉ OPINA?

¿Cree Ud. que el resto de los apristas nunca se enteraron de lo que hacía Quesada en Cofopri?

¿Omar Quesada realmente será investigado por Alan García?

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