sábado, 10 de abril de 2010

MARTÍN DEL POMAR: RECICLANDO LA CORRUPCIÓN

El tradicional y hermoso distrito de Barranco atraviesa una de sus horas más difíciles, debido a la prepotencia del alcalde de Lima. Los vecinos son enjuiciados por declararse en contra de la construcción del Metropolitano sobre el casco urbano, que amenaza con destruir gran parte de la belleza monumental del distrito. Y por si eso fuera poco ahora tienen que padecer la descarada reaparición de Martín del Pomar, ex alcalde de funesta recordación que acaba de iniciar su campaña para regresar al sillón municipal, utilizando estrategias típicas de la politiquería moderna que combinan la manipulación y explotación de los más necesitados con una ausencia absoluta de sentido común en temas como la protección del medio ambiente.

Del Pomar, hijo de un conocido ex diputado aprista vinculado a casos de narcotráfico durante el primer gobierno de Alan García, llegó a la alcaldía sin mérito alguno, amparándose en plataformas partidarias existentes, primero del PPC y luego de Solidaridad Nacional, agrupación política liderada por Luis Castañeda Lossio, actual adalid de la destrucción que sufre Barranco. Su padre, Miguel Ángel del Pomar, participó de su gestión como asesor en la sombra, a pesar de su oscuro pasado. Quienes recuerdan con claridad el violento desalojo a los comerciantes del mercado municipal, la concesión de las playas para levantar restaurantes privados, la auto-adjudicación de terrenos abandonados y el reparto de puestos bien remunerados entre sus familiares y amigos se estremecen con la simple idea de que vuelva a ser elegido como burgomaestre.

Martín del Pomar quiere reciclarse políticamente, a pesar de esa lamentable gestión que terminó con un episodio bochornoso protagonizado por él en uno de los programas emblemáticos de la televisión basura. Prácticamente convertido en un personaje de farándula, Del Pomar desapareció del ojo público unos años buscando que la amnesia popular lo ayude a limpiar su imagen pero en las últimas semanas comenzó a difundir su nueva candidatura, primero distribuyendo entre los vecinos una “carta abierta” plagada de errores ortográficos y mentiras y posteriormente regalando medias con su nombre impreso, almanaques, refrescos y champú. Estas actividades proselitistas son un claro intento de comprar las conciencias de quienes menos tienen pero cuando se le pregunta por ello, responde cínicamente que aquellos que piensan que con estos regalos puede comprar los votos barranquinos “están ofendiendo a la gente pobre del distrito”. Entonces ¿por qué lo hace?

La última manifestación de la campaña de este sinvergüenza, que menciona como gran logro de su gestión la construcción del Supermercado Metro, es el reparto indiscriminado de bolsas de plástico con su rostro impreso entre los comerciantes del mercado ubicado entre Surco y Barranco, para que estos las entreguen a su clientela. Con esta acción, Del Pomar – quien exhibe como slogan la frase “Juventud y experiencia”, cualidades que no posee, a juzgar por su anterior paso por el municipio – demuestra un claro desconocimiento de lo que significa la protección del medio ambiente y el auge de los productos biodegradables que buscan la erradicación del dañino plástico industrial. Quizás porque la corrupción, como sus bolsas, no sean posibles de reciclarse.

Y USTED ¿QUÉ OPINA?

¿Los barranquinos deberían reelegir a un personaje como éste?

¿Debería la gente recibir los pequeños regalos que los políticos corruptos les dan para que voten por ellos?

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