Rafael Rey es uno de esos políticos que nunca deja de sorprender por su desfachatez y cinismo, cada vez que siente la amenaza de perder sus lazos con el poder, amistades que le permiten mantenerse siempre en importantes cargos públicos, altamente remunerados, cuando ha demostrado en más de una ocasión su absoluta incapacidad para desempeñarlos adecuadamente. El último fin de semana, este Rey de la corrupción y el transfuguismo volvió a mostrarse como es: pusilánime cuando se trata de sostener una opinión, calculador para demostrar “lealtad” a su jefe supremo y prepotente en cada una de sus respuestas a la prensa. Luego de declarar para El Comercio, solicitando que Jorge del castillo y Hernán Garrido Lecca sean investigados por sus cada vez más innegables vínculos en el caso BTR, salió de inmediato a desdecirse, seguramente porque “desde arriba”, le habrían llamado fuertemente la atención por comprometer de ese modo a sus nuevos compañeros. Desesperado, Rafael Rey acudió a la redacción del diario para aclarar que cree al 100% en la inocencia del ex Premier Del Castillo y que hasta “pondría las manos al fuego por él”.
El currículum político de Rafael Rey Rey está lleno de momentos como éste. Sus ansias de poder lo han llevado por las oscuras aguas del transfuguismo desde que apareció en el ojo público en 1990, como parte de la lista de candidatos al Congreso del Movimiento Libertad (más tarde Fredemo) liderado por el escritor Mario Vargas Llosa. Como todos recordamos, cuando Alberto Fujimori asumió el poder por primera vez, el Fredemo ejercía abiertamente la oposición a su régimen.
Sin embargo Rey apoyó el golpe de Estado de 1992 y desde entonces su opinión dentro y fuera del Parlamento estuvo dirigida a obstaculizar toda comisión que buscara desentrañar los escándalos de corrupción de la década fujimontesinista. Con un discurso altanero y prepotente, Rey trataba de venderse como un adalid de la moral y el recato, pero era capaz de despotricar agresivamente contra diversas instituciones que defendían los derechos humanos, considerándolas hipócritas e inútiles. Asimismo, Rafael Rey enfiló sus baterías contra Alejandro Toledo, acusándolo de haber presentado firmas falsas el año 2004, cuando su propio movimiento, Renovación, había estado involucrado años atrás en un clamoroso escándalo de falsificación. Del medio millón de firmas que presentó para inscribir su “partido” en 1997, se comprobó la falsedad de 497 mil. Todo un record.
Y ahora Rafael Rey es un conspicuo miembro del segundo gobierno aprista, a pesar de que en los albores de su carrera pública, criticó duramente a Alan García Pérez por el caso de la estatización de la banda, a fines de los años 80s. En el transcurso de los últimos cuatro años, Rafael Rey ha sido elegido Parlamentario Andino sin saber ni siquiera qué otros países conformaban esta instancia multinacional, Ministro de la Producción (su paso por esta cartera será recordado por siempre debido a su tristemente célebre Pisco 7.9), embajador en Italia durante escasos seis meses (con todos los gastos que eso supuso para el Estado) y desde julio de 2009, Ministro de Defensa, a pesar de que él mismo había declarado no tener ninguna calidad o cualidad especial para formar parte del Poder Ejecutivo.
Justamente durante su trabajo como Ministro de Defensa se han producido diversos escándalos que van desde sus lamentables declaraciones con relación al drama de las familias que sufrieron masacre en Putis (Ayacucho), la compra innecesaria de tanques chinos o el permanente enfrentamiento con la prensa, hasta el bochornoso incidente ocurrido el pasado jueves 15, en que un misil de tecnología israelí falló al momento de ser probado y provocó el pánico de las autoridades, entre las que se encontraba él mismo. Pero ninguno de estos hechos le impiden seguir atornillado a los cargos que le ofrecen aunque para eso tenga que volver a cambiar de partido o darse la gran vida con el dinero de todos los peruanos porque no hay nada más importante para don Rafael que ser el Rey del transfuguismo y la corrupción.
Y USTED ¿QUÉ OPINA?
¿Le parece que Rafael Rey debe continuar como Ministro de Defensa?
¿Qué piensa Ud. de sus declaraciones contradictorias y sus actitudes prepotentes?
A la distinguida señora Carmen Evaristo que nos escribió incluyendo varios insultos y calumnias, le agradecemos su participación pero no es nuestra política contestar a esa clase de comentarios, sobretodo porque nuestras publicaciones no obedecen a una campaña contra nadie en particular y por el contrario se basan en los hechos de actualidad aparecidos en los diferentes medios de comunicación. Entendemos perfectamente que haya personas que tengan preferencia por algunos políticos pero nuestra línea no va por ese lado cosmético.
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